La Mejor Mochila De Hidratacion Mtb 2018
No obstante, si vas a correr durante más de unas pocas horas, en especial en los caminos, una mochila de hidratación o bien un chaleco desarrollado particularmente para correr es mucho mejor que una mochila.
Con las mochilas de hidratación es más fácil beber sobre la marcha.
Sin embargo, los corredores de montaña están divididos en lo que se refiere al empleo de las mochilas de hidratación, ya que muchos corredores prefieren las botellas de agua y su almacenaje en el maillot.
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Las mochilas de hidratación te dejan tomar más sencillamente y sostener las manos libres, aun al bombardear un sendero de bicicleta de montaña.
Muchos corredores desean eludir llevar algo en la espalda, en tanto que incluso las mochilas más estables rebotan un poco, o bien el agua se mueve dentro de ellas.
Una mochila de cadera o bien una botella de agua de agarre sigue siendo la manera más ligera y cómoda de ir.
Las mochilas tipo chaleco también te permiten poner el peso en la parte delantera, lo que mejora la comodidad y el equilibrio al dar menos rebotes.
¿Precisas una mochila de hidratación? ¿Cuál debería comprar? Todo se reduce a la filosofía y a la elección de la actividad.
No obstante, merece la pena estimar el bidón Camel Bak RaceBak, ya que es ligerísimo y muy elegante, y hace que tomar sea considerablemente más simple, especialmente en los descensos y las subidas empinadas.
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Te animan a sostenerte hidratado. Es fácil tomar más y de manera constante. Las mochilas de hidratación son más grandes, lo que te anima a llevar más agua.
La mayor parte de los mochileros querrán la capacidad extra de una mochila y solo añadirán una vejiga o van a llevar botellas de agua.
Deberás limpiar el cilindro con un cepillo largo y delgado y agua jabonosa, y después enjuagarlo.
Desde mi experiencia, un chaleco de hidratación es imprescindible para las carreras largas y de obstáculos. También he preguntado a muchos de mis compañeros corredores, y todos coinciden en que es preferible tener un chaleco de hidratación, especialmente cuando eres principiante o bien te adentras en las carreras más largas
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El primordial inconveniente es el peso auxiliar que hay que llevar durante la carrera. La mochila de hidratación pesa menos de 1 libra, y cada litro de líquido es aproximadamente 1 libra. Por lo tanto, para un chaleco de hidratación de dos litros, se puede aguardar incorporar un extra de tres libras en la espalda. Además, si bien la mochila de hidratación esté fabricada con un tejido transpirable, tiendes a sudar más de lo normal cuando la llevas puesta.
Aunque una mochila de hidratación sea ventajosa durante una carrera, no la llevo a todos los eventos. Aquí está mi consejo sobre en qué momento y dónde es útil.
Con una botella de agua, por lo general hay que parar o reducir la velocidad para tomar.
Las mochilas concretas para correr están diseñadas para sostenerse en su sitio durante el movimiento ascendente y descendente de la carrera. Cuentan con bolsillos de fácil acceso y normalmente no se abrochan en la cintura.
Están disponibles en tamaños de dos o bien 3 litros, mientras que muchos excursionistas se limitan a llevar una botella de agua con menos de la mitad de esa capacidad.
Los más bastante difíciles de adecentar son los sistemas con múltiples compartimentos o aquellos en los que no se puede introducir de manera fácil un cepillo, como las mochilas de cintura CamelBak. Estos suelen requerir repetidas rondas de lavado con agua caliente más un aditivo antibacteriano, y luego más lavado para quitar el aditivo.
Para ciertos corredores, este peso adicional no merece la pena pues se traduce en más tiempo en el recorrido. Por eso jamás vas a ver a los mejores atletas corriendo con un chaleco de hidratación (excepto en los ultramaratones).